El 90 % de las pérdidas auditivas sensoriales tienen como origen, por una u otra causa, diversas lesiones en el órgano de Corti,. Este órgano es el transductor o micrófono biológico que transforma las variaciones de transmisión sonora en variaciones de potencial eléctrico o bioeléctrico que se transmite vía nerviosa hasta el córtex cerebral. Desde hace pocos años sabemos que este órgano de Corti está formado por unas células sensoriales denominadas células ciliadas. Existen dos tipos de estas células: las externas y las internas. Cuando las lesiones, por la causa que sean, se concretan en las células ciliadas externas, tenemos unas pérdidas auditivas entre 70 y 80 dB. Estamos en presencia de hipoacusias ligeras, medias y severas. Es la llamada presbiacusia que afecta básicamente a la vejez al perder la funcionalidad de dichas células ciliadas. Estas células son las responsables de la sintonización de frecuencias, es decir, nos permiten discriminar la frecuencia. Son de suma importancia para la comprensión del lenguaje, si éste ha sido adquirido, y nos permiten hacer una labor de adecuación de la dinámica externa del mundo sonoro que es de 120 dB. Este margen dinámico ha de ser constreñido a la mitad aproximadamente, a 60 dB, esa es la dinámica de funcionamiento de las células ciliadas internas, que son las verdaderamente auditivas. Cuando las células ciliadas internas están lesionadas, por ejemplo a causa de ototóxicos o por el efecto del ruido, aunque seguimos oyendo, el principal problema es que tenemos dificultades de comprensión o inteligibilidad. Si las células ciliadas internas, además de las externas, comienzan a lesionarse, tenemos pérdidas que entran en el campo de las sorderas severas, o profundas donde, además, de la pérdida cualitativa existe una pérdida cuantitativa, ése es el principal problema de las sorderas profundas que tienen las personas, a mi juicio mal llamadas sordos profundos.
El límite para la aplicación del implante coclear está en función de cuál sea la extensión de la lesión de las células ciliadas internas, es decir, el implante coclear está indicado cuando las células ciliadas internas, o bien no existen, o existen en tan poca cantidad que no son aprovechables por estimulación directa de la vía natural, por la vía aérea.
Existen diversos equipos de especialistas que no están de acuerdo en cuál es el límite fronterizo entre el implante o la prótesis convencional. El equipo de Nottinghan, por ejemplo, propugna la indicación de implante coclear a partir de pérdidas de 80 dB. En cambio, otros equipos más conservadores estiman que para esas pérdidas es más eficaz la estimulación por vía aérea, y cifran la frontera entre 105 y 110 dB de pérdida cuantitativa.
sábado, 19 de septiembre de 2009
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